Como si se atravesara un agujero de gusano, nos introducimos en otro tiempo al pasar por la puerta de este local ubicado en la una sala de exhibiciones en Zieglergasse 24, la tradicional orfebrería de plata de Jaroinski & Vaugoin. Jean-Paul Vaugoin, herederos de la séptima generación, nos recibe con su distinguida presencia y haciendo gala de modales perfectos. Con aire orgulloso, saca un cubierto de mesa ricamente ornamentado de la vitrina, bromea sobre el soporte con forma de pata de pollo y nos cuenta la historia de por qué el salero dorado de Benvenuto Cellini aquí es de plata.