"¿Vamos a algún sitio más?" – "Sí, vamos al Jenseits". Una conversación habitual cuando la noche está avanzada en Viena. Pero no es el conocido anhelo de morir de los vieneses el que se abre camino a través de las horas tardías de la noche, sino el deseo de apurar un par de últimas copas. El público de este original bar forma un colorido mosaico. Una vez dentro, uno se hunde en el acogedor ambiente del local del que salir no es tarea fácil.