Los verdaderos vieneses prefieren ir a beber el vino a un Heuriger de Stammersdorf. La región vitícola que se encuentra más allá del Danubio, sobre la falda del Bisamberg, todavía está marcada por antiguas calles donde abundan las bodegas. Los pequeños Heuriger de discretas casas unifamiliares de la década de 1960 pertenecen en ocasiones a viticultores de primera categoría. Para llegar hasta ellos es necesario hacer prácticamente una travesía no apta para impacientes, aunque en realidad no es para tanto. La línea de tranvía 31 va desde Schottenring a través de la ciudad, directamente hasta Stammersdorf. La meta es el camino en sí, como reza el dicho... Especialmente cuando en la meta espera un octavo de cerveza.