Un aspecto a destacar es el espectacular telón de fondo que ofrece el Viejo Danubio. Los rascacielos de la Donau City dan un carácter urbano a las puestas de sol mientras, al mismo tiempo, se disfruta de la relajación en las riberas casi rurales del Danubio. Una vuelta en barco bajo la luna llena en barca eléctrica, a remos o pedales es de un romanticismo insuperable.
Tanto ocio da hambre, y quien quiera despedir la jornada en el Viejo Danubio con una buena cena, ni siquiera tiene que bajarse del barco: solo tiene que acercarse al muelle que desee y pedir pescado fresco en el Alte Kaisermühle, cocina francesa en el restaurante La Creperie, especialidades vienesas en la taberna Bierner o exquisiteces vacacionales en la Bootshaus, perfectos lugares para ponerle la guinda a un día perfecto de verano.