Ommm. Empecemos con la meditación. El sitio es muy poco habitual, y es que le invitamos a que se siente en la línea D del tranvía que pasa por la Estación Central (la famosa "línea D") y disfrute con nosotros de 40 minutos de meditación mientras atraviesa las calles de Viena. Y es que nada puede resultar más relajante que escapar del bullicio de la estación para recorrer los monumentos más hermosos de la ciudad y llegar hasta los viñedos de Nußdorf para disfrutar de un octavo de vino. No olvide comprar el billete, de lo contrario puede convertirse en la meditación más cara de su vida... Pero no nos desviemos del tema: tome asiento en el tren de la línea D, cierre los ojos, respire hondo y adéntrese en una nueva dimensión de meditación.